Una vez finalizada su etapa en el club siguió ayudando a quienes se acercaban a su casa pues sus manos siempre fueron demandadas por infinidad de conocidos y personas en general de diferentes puntos de la provincia de Sevilla e incluso desde otros pueblos de Andalucía. Con el tiempo , yo, su hijo Sergio Troncoso, comencé a formarme para poder seguir sus pasos y comencé a estudiar y conocer todas las técnicas innovadoras del mundo de las terapias manuales y del masaje, pero nunca dejando atrás lo tradicional y que durante tantos años habían demostrado su eficacia en diferentes tipos de personas, deportistas de élite como personas “normales” y siempre teniendo a mi padre como gran maestro, ya que de él he aprendido muchísimo y aún sigo aprendiendo cada día.
Nuestro lema principal es:
“Unas buenas manos son el mejor aliado para que un masaje sea efectivo”