Después de aquella reunión comenzó a formar parte del equipo de masajistas y recuperadores de los Servicios Médicos del primer equipo del Sevilla.Allí permaneció ininterrumpidamente hasta el año 2000 (año de Roberto Alés y Joaquín Caparrós),siendo una persona respetada, querida y admirada por todos los futbolistas que pasaron por sus manos y trató durante tantas temporadas tanto de la primera plantilla como del resto de escalafones inferiores.
Especial mención debemos hacer a su gran relación con
Don Antonio Leal Graciani, director de los servicios médicos del
Sevilla FC durante toda su etapa en el club y quien confiaba plenamente en él, hasta el punto de que aunque su labor debía ser exclusiva para el primer equipo, si algún jugador de las categorías inferiores tenía algún problema Don Antonio venía en busca de su opinión para asegurar en lo posible el diagnóstico.